viernes, 23 de marzo de 2012

Mi primer domingo en Costa Rica (Parte II)

Una vez salidos del super nos dirigimos a la finca de los padres de Allan en Grecia (no la del Partenón sino una población de la provincia de Alajuela). Nos esperaba buena parte de su amplia familia, dos hermanos con esposas y respectivos hijos y los padres de Allan.






La finca tiene una casa de madera rodeada de terreno verde y una pequeña piscina que haría las delicias de cualquier dominguero de Barcelona. En una mesa larga comimos al aire libre, bajo un agradable sol. Una comida muy familiar, de domingo, consistió en varios antojitos (pica-pica), ensalada de pasta y arroz con pollo, un plato típicamente latino, por ahora puedo decir que el mejor arroz con pollo que he comido en el país. También en esta comida tuve contacto con la cerveza local, un tema que veo ha despertado mucho interés y al que dedicaré algun tiempo.







El padre de Allan me pareció una persona muy interesante, además de afable, habíamos tenido destinos de viaje parecidos y fue bueno compartir opiniones, también me gustó su perspectiva humanista de la vida, muy acorde a mi pensamiento. Humanismo entendido como "filosofía inspirada en la doctrina siloista en donde el ser humano aparece abierto al mundo, con la posibilidad de elegir su propio destino", para entendernos. Había estado en España en un curso hacía años y de nuevo el año anterior, una persona muy observadora, culta y observadora.






La conversación fue muy agradable e interesante, me sentí muy cómodo para ser mi primer día en Costa Rica y con una familia que acababa de conocer. Hablando con uno de los hermanos de Allan, John, hasta ese momento más reservado, se comentó que pasó su época de estudiante en... la antigua URRS!!! primera vez en mi vida que hablaba con alguién que conoció MUY de primera mano la extinta Unión Soviética, por lo que comentó fue una época muy dura y gris (imagino primeros 90's) y que vió cosas fuertes, incluido suicidios y muertes militares. Pensé que prosoviets como Àngel Jiménez o Raúl Muniente disfrutarían con esta experiencia, seguramente debe ser de las pocas personas en Costa Rica que habla el ruso de manera fluída.




Como anécdota extra comentaré que me quedé sorprendido y fascinado por la presencia de una iguana grande a pocos metros de la mesa, la cual cosa provocó entre los comensales el mismo interés que para nosotros ver una lagartija trepando la pared...








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